La rosca de Reyes: un momento familiar
Cuando cada 6 de enero nos reunimos en familia alrededor de una mesa a partir la rosca de Reyes y acompañarla de un rico chocolate caliente o atole, estamos recreando una añejísima tradición que, contrario a lo que muchos piensan, no surgió de las creencias cristianas. Desde hace miles de años y en todo el planeta, las personas han estudiado los cielos y movimientos del planeta. Cada 21 de diciembre tiene lugar el solsticio de invierno y en distintas culturas siempre hubo maneras de conmemorarlo. En el Imperio romano, por ejemplo, se preparaba un pan con forma circular, decorado con dátiles e higos, en el cual se escondía una haba. Aquel que encontraba la leguminosa tenía derecho a ser rey por un día. ¿Suena familiar?
Al irse apropiando de la tradición, se fueron modificando ciertas partes del rito, así, al ser adaptado al cristianismo se le dotó con el significado de la huida de José y María para esconder al niño Jesús de Herodes, y la visita de los Reyes Magos de oriente, quienes trajeron simbólicos regalos para el nuevo rey. Por eso el niño se esconde y anteriormente, si era encontrado por un pequeño, se le daban dulces; si el que partía la rosca y encontraba al niño era un adulto, era el rey de la fiesta y compadre del anfitrión. En España esta celebración cobró gran importancia y fue así como llegó a México, donde también la transformamos a nuestra conveniencia: quien al cortar su pedazo se topa con el muñeco debe invitar los tamales un mes después.
Lo importante es que la “partida de la rosca” es un momento especial para las familias mexicanas, que se reúnen con esperanzas renovadas tras el año nuevo, con la expectación infantil que genera esta fecha, y el deseo de sentir el cálido abrazo de un pedazo de rosca y un chocolate calientito. En todas las panaderías locales los anaqueles se llenan de este producto estrella, también los supermercados y restaurantes buscan la oportunidad de hacer negocio de esta tradición. Pero existen cada vez más casas donde la rosca es hecha por los miembros del hogar, como antes, ya que es relativamente sencilla.
¿Cómo se prepara la rosca de Reyes? Se requiere harina, mantequilla, azúcar, huevos, levadura, sal, el jugo de una naranja, uno o varios muñequitos, fruta cristalizada, higos y ate. La levadura se mezcla con la harina y el jugo de naranja para hacer el fermento, el cual debe duplicar su tamaño tras un determinado tiempo. Éste se mezcla con más harina, huevo, azúcar, mantequilla y sal. Tras amasarla hasta que tenga una consistencia uniforme, debe dejarse que la levadura vuelva a duplicar el tamaño de la masa. Después se le da la característica forma ovalada, se decora con una costra de azúcar, es en este momento cuando se esconde los muñequitos, se deja reposar nuevamente y se hornea entre veinte minutos y media hora. Posteriormente, se decora con fruta y ate. Es una receta relativamente fácil y vale la pena intentarla, así, la próxima ocasión, podremos convidar a la familia.